
Intentar olvidarme de ella era tan absurdo como conseguir que no se volvieran grises los días de lluvia...
Me gustaba quedarme callado y mirarla, eso se estaba convirtiendo en mi deporte favorito, mirarla detenidamente, cada detalle, cada mueca, cada gesto...
Siempre he pecado de ambicioso y ella tenía complejo de misterio, de incógnita, así que jamás llegó a contarme cómo se sentía porque cada vez que lo intentaba solamente lograba que sus párpados se abriesen de par en par mientras hablaba de sus explosiones internas...
Lo que no pude decirte nunca fue que cuando ella me miraba, yo sentía exactamente todo aquello a lo que yo llamo poesía...
SOULMATE ∞
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